Neurosis de la Creadora: Entre la Creatividad y la Salud Mental

Me voy a permitir desarrollar un concepto llamado “Neurosis de la Creadora". No es, en ningún caso, un tipo de diagnóstico ni un síndrome; no se refiere a una patología clínica, sino a un estado mental y emocional que experimentan quienes se dedican a la creación de manera constante y con el cual me topo en la consulta, encontrando un conjunto de síntomas similares entre ellas.

Y es que, para muchas creadoras, el proceso creativo puede ser una espada de doble filo, donde la mente, que genera maravillas, también puede convertirse en su propia trampa.

Una presión, una prisión

Con neurosis de la creadora, hago referencia a la lucha interna de aquellas personas, en este caso mujeres, que poseen una inclinación hacia la creatividad y la autoexpresión, pero que a menudo se encuentran enfrentando la ansiedad, la autocrítica, el perfeccionismo, la hiperactividad y otros retos emocionales.

El término “neurosis” traído del psicoanálisis describe un conflicto interno que produce síntomas y que en el caso de la creación se enfoca más en la tensión constante entre la necesidad de crear y la presión y prisión que esto genera.

La nombro aquí como neurosis de la creadora, no solo porque me especializo en mujeres, sino porque nombrarlo así pone en primer plano la experiencia particular de muchas mujeres en el ámbito creativo. La historia está llena de ejemplos de mujeres que, mientras producían obras artísticas deslumbrantes, luchaban con problemas de salud mental, autoexigencias imposibles, con el peso de expectativas de género y con las desigualdades. Sylvia Plath, Virginia Woolf, Frida Kahlo, entre otras, se enfrentaron a la dura realidad de que el arte y la creación pueden ser a la vez una fuente de salvación y un pozo de angustia.

Los síntomas particulares que encuentro que se repiten en las consultantes involucradas en el proceso creativo son:

El Perfeccionismo Paralizante que impide que las ideas lleguen a materializarse, ya que quien lo sufre se siente constantemente insatisfecha con lo que hace.Esto lleva a una frustración profunda, donde la obra nunca parece estar a la altura de las expectativas autoimpuestas.

El Miedo al Fracaso: Es más un temor al juicio externo, y a la insoportable idea del rechazo que puede ser paralizante y que impide el riesgo y la exploración, evitando y sufriendo usualmente los cambios.

La autocritica intensa: La voz interna, que juzga cada paso del proceso puede ser implacable, debilitante, especialmente cuando la creatividad se convierte en una parte esencial de la identidad. La falta de confianza en el propio talento, junto con el miedo a ser juzgada por los demás, puede hacer que el acto de crear se convierta en un campo de batalla interno.

La Dificultad para Manejar la Incertidumbre: El proceso creativo implica moverse en la incertidumbre y aceptar que no siempre se sabe cómo terminará un proyecto o si llegará a cumplir con la visión inicial. Esta ambigüedad es un terreno fértil para la neurosis, ya que la mente busca certezas y estabilidad, algo que el acto creativo rara vez ofrece.

Ansiedad y depresión: La intención por abarcar muchas aspectos creativos, la multitud d eideas que no llegan a tomar forma, pueden generar sintomas ansiosos, al igual que la frustación de no alcanzar las altas expectativas propuestas pueden desembocar en crisis depresivas.

Estrategias en búsqueda de equilibrio

@amaytka on instagram

A pesar de lo difícil que puede ser el camino, cuando aparecen los síntomas, existen formas de gestionar el proceso, de manera que la creación siga siendo una fuente de satisfacción y no solo de angustia. Algunas de las estrategias para lograr este equilibrio incluyen:

Aceptar la Imperfección: El perfeccionismo es un síntoma

complejo, que ya abordé en otro artículo, pero una estrategia es, empezar a reconocer que la perfección es inalcanzable y que la belleza de una obra radica en su autenticidad, no en su exactitud técnica y que esto puede ser liberador.

Soltar la obra, es decir, reconocer que aunque es satisfactorio obtener reconocimiento, el valor de una persona no depende de la obra en sí mismo, es decir, separar la autoestima de si lo que se crea, gusta o no.

Y como un factor principal es reconocer y validar las propias emociones, esto puede incluir la búsqueda de apoyo profesional,

La "neurosis de la creadora" no es un problema que deba ser erradicado como tal, ya que en un punto, nos quedaríamos sin arte si esto pasara. (Justamente esto es lo que nos separa de las IAs)

El objetivo es que cada mujer, sobretodo en el campo creativo, ya sea una ilustradora, diseñadora, arquitecta, productora, escritora, fotógrafa, emprendedora, madre, jefa, puedan reconectar con su propio criterio y aprender a ser su compañera en lugar de su crítica más feroz. Esto lleva mucho trabajo terapeútico, porque no se trata de la voluntad o de concientización. Hay que rastrear mandatos propios y ajenos y tomar decisiones propias frente a ellos.

Pero sí que se puede trabajar la aceptación de las tensiones internas y la búsqueda de un equilibrio entre la euforia de la creación y la gestión de las emociones. Es posible transformar este viaje, en un camino que enriquezca la vida en lugar de agotarla.

Más info sobre mi trabajo en www.angiecardona.com